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martes, 29 de septiembre de 2009

                   Obesity, Poverty, Transportation, Corporate Interests, and  of course, Irony  in a Response to Friend's E-mail

Not to surprise you or anything, but I'd mostly chalk up our obesity/unhealthyness compared to other Western countries to one thing: our extremely high use of the personal automobile. 85-90% of all trips in a car, compared to between 40 and 60% in Europe, depending on the country. Our transportation system is a huge part of our culture, and our transportation system embraces ineffieciency, waste, minimal human effort, and convenience. Is it any shock that our bodies and health would reflect this system?

Also, the transportation system is a huge drain on American wealth-- especially low-income earners. Depending on the size of one's vehicles, a fully insured car at $3.00 per gallon costs between 40 and 70 cents PER MILE to drive, according to AAA Basically, the car for most people takes up about a fourth of their yearly income (not sure if that's pre or post tax income). So, to maintain our largely private, ineffiecient, wasteful, lazy, convenient transportation system, Americans are making themselves poor. Relating it back to this article, we know that poverty and obesity share many links-- though we can not establish the direction of the causality, if casuality even exists.

Sidenote: I found it absolutely shocking to be in the ghetto in NYC (where Blaze lives), and see streets covered in trash, stick skinny kids running around, houses and apartments in shambles, moms with 5 kids, alongisde BEAUTIFUL, PIMPED OUT, SHINING, AUTOMOBILES.

Sidenote: Of course, the Government has a large responsibility in the design of our transportaiton system, in the policies (military intervention and presence in almost every country in the wrold) that make oil cheap. For me, however, I can't decide which is more troubling: that people don't demand bike lanes, sidewalks, reliable public transportation, walkable neighborhoods, healthful food, or that Government can't act in the people's interest and encourage these things. Well of course, people in many parts of the country don't believe that the Government should (or CAN) act in the people's interests. For the people who have that disposition, I suggest that they look at the Oklahoma Department of Transportation, which is populated with car dealership owners and asphalt association presidents, and ask themselves, in whose interest is that Government organiation working?

For me, it boils down to something like this. For better or for worse and regardless of whether the Left or the Right is in power, we are going to have a Government with a large presence. We can not go back to an anarchical society-- though I would wish for that-- based on local communities and perhaps cities and regions. Therefore, we must ask ourselves, in whose interest will the Government work? This of course, must be on an issue by issue basis. In terms of transportation policy in the U.S., it is clear in whose interest the Government has worked. In favor of the military industrial complex, in favor of large corporations, in favor of oil companies, in favor of fast food companies, in favor of big businesses over small businesses, in favor of Nationalism over Localism. Furthermore, I would hold that in regards to food system policies, drug policies, incarceration policies, the sectors in whose interests the Government has worked are largely identical.

sábado, 26 de septiembre de 2009

O'Hara Irish Pub

Estoy sentado aquí-- pues ¿en qué otra parte estaría?-- aprovechando el wi-fi gratis del café irlandés O'Hara. Estoy sentado al borde de un momento y de una época, que me van a cambiar. ¿Cuántas veces me he sentado a pensar, escribir, reflejar en los momentos que me han cambiado y los que están por venir? Un sinfín de veces sin dudas, pero ¿de cuántas me acuerdo?

Puede que el reto de nuestras vidas fulgantes sea la memoria-- cuidarla, mantenerla. No podemos recordar todo. Si cada noche de mi vida hubiera escrito yo un resúmen del día que había acabado de vivir, ¿habría logrado una memoria más completa, acertada quizá? La verdad, me parece que quizá sin saberlo, los récords que mantenemos también puedan dañar la calidd de nuestras memoris. Seguiremos sin saberlo-- aun menos nostoros que mantemeos diarios o una ocasional entrada de blog.

Memorias flotando en el ciber-espacio, como siempre lo han hecho. Imagínate que te circulan todas las memorias del mundo, invisibles, silenciosas, pero a su vez llenas de gritos y emociones al punto de estallarse. ¡Ojalá pudiera estirar la mano para coger una! Qué buena cosecha daría el árbol de las memorias, cada fruta dando su sabor que nunca se duplicaría. Qué hermosura viviríamos si pudieramos tener memoria de las memorias-- ah sí, me acuerdo de la dulzura de ésta, la ternura de ésa, y la amargura de aquélla.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El Grillo

Al despertarme, me di cuenta de que había llovido durante la noche. El olor matutino de hierba mojada entraba en mi cuarto por la ventana, que suelo mantener abierta. Un sólo grillo sigue con su coro, buscando un amor, si no el verosímil, quizá el primordial. ¿No sabrá que las hembras ya están refugiándose del calor que pronto llegará a calentar la faz de la tierra? No le hace falta.

Ya la adivino, es decir, la llegada del calor. ¿Qué hora será? Me asomo de la ventana, ocho menos cuarto, creo. No importa tanto la hora, sino el cielo, el lugar que ocupa el sol en él. Desde la revolución, los relojes se han convertido en artefactos prescindibles. Incluso en algunos pueblos, la gente los tiene clandestinos por ser ilegal. Estas personas no se han acostumbrado a la marcha de una vida sin…

El horario mío lo tengo bien regularizado. Cuando deja de cantar aquel grillo solitario, me levanto. Nunca sabrás cuánto dependes de él. Murmuraciones del futuro… Me ducho—bajo agua fría aunque sea el invierno. ¿Por qué la farsa del calentamiento cuando la vida sólo te da hielo? En voz bajita, por favor, que cuento mi historia. El grillo nunca hallará su amor—¿no sabes la razón de su cante? El grillo, siempre vuelvo al grillo. Su razón de ser no se me revela, pero sin él yo…

Me desayuno de avena a la manzana, echando siempre un poquito de candela, miel, mantequilla de maní. Subo la bicicleta y me voy para no hacer absolutamente…

Nada me gusta más que una buena conversación. Mientras más vacila, mientras más ondula, más me satisface. Lo imprescindible es que un buen café aromatice cada palabra, cada susurro. ¿No te han dicho lo bello de los susurros? Estoy en ello. ¿Alguna vez habrán hablado a susurros? Claro, claro. Lo malentendido de los susurros es que el volumen de la voz no baja. Se llena de felicidad, la anticipación del ruido que quiebre el susurro. ¡PUM! Ah. Quietita, amorcillo, nos hemos decidido hablar así. Siempre con la farsa de las decisiones.

¿Eres tú el amo de tu voz? Te imaginas que lo sabes controlar. Si fuera así, dirías siempre lo que intentes. Téngase en cuenta: cuando logramos decir lo que realmente queremos, no es por nuestra propia cuenta. Ahora que hemos destruido todos los medios de comunicación—salvo la palabra escrita y la hablada—entendemos mejor que ni nosotros controlamos nuestras voces. Las palabras también están al punto de desvanecerse.

El viento de la revolución simultáneamente nos abrió la mente y nos deshizo los vínculos que nos unían. Nos trajo posibilidades ilimitadas de regocijo y se quedó con toda la felicidad. La revolución está quedándose con nosotros. ¡A buscar otra! Nos descubrió una senda recta y plana que nunca supiéramos seguir, no importa cuánto lo quisiéramos. Jamás lo habéis querido. Habla con el grillo de una vez.